Qué hacemos  

Principales trabajos

1. Investigación con curanderos Se investiga y propicia la investigación de la tradición de medicina con plantas maestras como ayahuasca, sanpedro y hoja de coca a través de la práctica con diversos maestros de tradición oral.

2. Viajes curativos y de integración con la naturaleza a comunidades andinas y amazónicas Se lleva a cabo el programa de viajes. Por la ruta de las plantas maestras para vivenciar con maestros nativos la toma de ayahuasca y Sanpedro y la ritualidad a pachamama y apus con la hoja de coca. Se busca un nuevo sentido para la relación con la naturaleza dirigido hacia la integración con ella.

3. Labores que se llevan a cabo


  • Se facilita el contacto con curanderos a personas que están en la búsqueda espiritual a través de las plantas maestras.

  • Se apoya todo proyecto que beneficie a los curanderos, sus familias y sus respectivas comunidades.

  • Se apoya la escuela de curanderos del Centro de Sanación Luz del Cumbe que lleva adelante el maestro Marco Mosquera en Cajamarca- Chiclayo.
    Se apoya el proyecto de casa de salud, en construcción, de Don Alejandro Salas en Pucallpa.

  • Se busca la preservación de plantas medicinales usadas para el ejercicio de esta medicina.

  • Se busca la preservación de la técnica de curación y la revaloración de los curanderos de estas tres plantas.

  • Se apoya programas de investigación financiados dirigidos a la valoración del patrimonio natural y cultural de estas plantas y maestros curanderos.

  • Consejería para toma de plantas, servicio de atención con citas para definición de tratamiento, escucha e interpretación.

Seguir leyendo...

Espiritualidad natural en la hojita andina de la coca  

Introducción


"Cuenta una historia que la tradición de la hoja de coca es un don del dios Sol al hijo de Manco Capac. Este, salido del cielo, observaba las desventuras de su pueblo, víctima de una terrible carestía, y se entristecía. Intervino el dios, mostrándole el medio para aliviar sus sufrimientos: Manco, su padre, apareció sobre una hoja de coca en llamas y captó el mensaje: aquella planta ayudaría a su gente; gracias a ella nadie más sufriría el hambre y la fatiga. La coca entró así a formar parte del Olimpo de los incas, con el apelativo de Mama Coca, que indica su origen sobrenatural". (Historia de Tradición Oral)



En esta historia de la cosmovisión Inca la naturaleza tiene una mirada bondadosa hacia los seres humanos y a su vez ellos tienen la mirada puesta en ella para aliviar sus desventuras. Este flujo constante entre seres humanos y naturaleza es milenario y aún hasta hoy esta vivo en los andes. Esto es lo que nosotros concebimos como espiritualidad natural, es decir:

"La necesidad que tienen los seres humanos de conectarse con la fuente creadora que se encuentra en toda forma de vida en un impulso permanente por alcanzar unidad".

Este latido constante de conexión con la vida, está centrado en el corazón humano. Se siente, al contemplar un amanecer, o escuchar la voz del agua, al entregarse a la fuerza penetrante del viento, al contacto con las montañas, o al graznido de las aves, en el rumor de las olas, en la sinfonía de un bosque amazónico o el silencio del desierto o en la hermandad con otros seres humanos que hay una red vital que nos alimenta y de la cual formamos parte.

Espiritualidad de las Montañas Andinas

En nuestras altas montañas andinas el concepto de espiritualidad es similar al expresado en el Bhagavad-Gita, libro sagrado de los Vedas en la Tradición Hindú es decir está relacionado a la unidad donde no hay separación con la existencia entera.

Esta unidad la sentimos todos los seres humanos primero en el interior de cada uno al cerrar los ojos y mirar hacia adentro, eso que algunos le llaman la verdadera esencia es lo que nos une con todo y es lo que en tradiciones orientales le llaman “la realidad por excelencia” o al decir de Mircea Eliade “la potencia”. Al reconocer mediante la introspección que somos parte de la unidad es que se hace posible sentir la unidad con todo.

En la práctica de hoy en día de numerosos pueblos andinos del Perú se encuentra en la vivencia cotidiana esta comunión con “apus” o montañas sagradas, con “pachamama” o madre tierra y con plantas como la “mama coca”. La función principal de la práctica religiosa andina esta en la celebración, la conservación y el restablecimiento del orden cósmico.

En el mundo andino, según enseñanzas de Wiraqocha, se concibe que la existencia humana transcurre en tres mundos paralelos: Hanaq Pacha es un mundo de luz, imperceptible a los sentidos, es el sol brillando en nuestro espíritu; Kay Pacha, es la dimensión sensible de nuestra existencia, lo que se ve, se escucha y es tangible al cuerpo físico, el mundo del placer y del sufrimiento; Uhu Pacha es un mundo de tinieblas, de fuerzas poderosas e incontrolables. Si lo relacionamos al ser humano cerebro (Hanaq), cuerpo (Kay) y órganos interiores (Uhu).

De la Torre, dice que en la espiritualidad andina se habla de puertas (punku) hacia mundos de absoluta luz o angustiante oscuridad; de maestros guías que son montañas (Apu); de una madre (Pacha Mama) que alimenta a sus hijos; de fuentes de agua (qochas) que quitan la sed a los caminantes; de aves misteriosas que traen mensajes del señor de la montaña; de tormentas de rayos que eligen a futuros sacerdotes (paq’o); de hombres y mujeres que viven para transmitir a otros el conocimiento sagrado.

La Chakana

Es el símbolo sagrado más importante de la tradición andina. Ligado a la constelación de la Cruz del Sur que para nuestros antepasados fue la guía que dio un orden y una orientación a sus vidas. Marca la vida cotidiana y ceremonial andina.

Etimológicamente viene según dicen de dos palabras Chaka que quiere decir puente y Hanan que quiere decir arriba, es decir un puente hacia arriba. Esta compuesta de un círculo y tres cuadrados escalonados y uno en forma de rombo.

Esta en la iconografía de pueblos indígenas de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Los Mapuches la veneran como Choike o pisada de avestruz. Y se han encontrado geoglifos de ella en el Desierto de Chao en Perú en un yacimiento precerámico con 6000 años de antigüedad. Se dice que una gigantesca chakana esta formada trazando líneas entre distintos monumentos arqueológicos importantes de la América Andina.

La Cruz cuadrada tiene muchos significados en el cosmos andino, es la divinidad como principio ordenador y relacionador de pacha; es el símbolo de la vida; constituye un altar para encontrarse con Wiraqocha, para reflexionar y para asimilar energía del cosmos; permite la unión del hombre con el cosmos; simboliza el mundo de arriba y el de abajo, la vida y la muerte; es la que da sentido para la igualdad, la simetría y el equilibrio; es la unión de las polaridades que en el caso del mundo andino estas con complementarias; simboliza el astro solar. La cruz en el caso de la cultura andina no esta relacionada con la muerte sino con la vida, protege a la comunidad y a la vez establece una relación con el cielo que es imprescindible para la fecundidad de la tierra.

El Cenit de la Cruz del Sur es el 2 o 3 de Mayo, fecha en que se celebra la fiesta de las cruces en un sincretismo religioso propio de la inclusividad y tolerancia de la cultura religiosa andina. En ella son los sicuris con sus cantos los veladores de la Cruz.

Koka Quintucha

Una de las principales plantas sagradas del Perú es La Coca. Esta planta, de las altas montañas andinas, es motivo de la espiritualidad de millones de personas que diariamente elevan sus plegarias a la madre naturaleza utilizando un quintu de coca. Estas tres hojitas colocadas delante de la boca del hombre andino reciben su aliento, su corazón y su fervor hacia nuestra madre tierra. Y esta voz le dice:

Gracias Pachamama por alimentarnos,
Gracias Pachamama por sostenernos,
Gracias Pachamama por nutrirnos

Este culto a la madre naturaleza a partir de esta hoja se remonta a cuatro mil años, considerada por nuestros antepasados como sagrada, se estima que entre el Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia su uso actual llega a alrededor de 4 millones de personas que “chacchan” “picchan” “mambean” o “acullican” hoja de coca y expresan su espiritualidad a través de ella.

El consumo de la hoja de coca de esta forma tradicional, es una práctica ancestral, colectiva, social, ritual y mística que permite una comunión con lo sagrado. Sacraliza las vivencias cotidianas. En esta forma de ver el mundo, ”sienten a la tierra, a las plantas como seres vivos igual a ellos”. En algunos pueblos indígenas con tradición en la hoja de coca como lo consigna (A.Henman, 1981) en el caso de los indios Paez de Colombia, el chacchado es tan cuidadoso que los lleva a extremar los cuidados en este acto al punto de no dejar caer ni siquiera una hoja menuda al suelo mientras están colocando una cantidad fresca en su boca. Arévalo llama sacramento a los quintu de coca y dice que el acto de comerlas significa comer el cuerpo del Gran Espíritu de la Vida y entrar en una directa relación con el espíritu de Mama Coca. La coca forja pues un lazo íntimo entre el hombre andino y los espíritus de la naturaleza entre lo humano y lo sagrado.

El Chacchado


Coquita mamita, criada en ricos pañales
No tienes arte ni parte, ni a quien
compararte
Solo mascarte y endulzarte
(Recopilación: Jorge Quijada)



El Chacchado o acullicu es la forma tradicional andina de consumir la coca.

Primero se colocan las hojas delante de la boca y se les invoca el pedido que se les hace.
Terminada la invocación se soplan las hojas de coca antes de introducirlas a la boca.
Luego se introduce delicadamente el puñado de hojas a la boca (previamente se les ha quitado el pecíolo y nervadura central) masticándolas ligeramente moldeándolas con la lengua e impregnándolas de saliva hasta hacer un bolo que se coloca en uno de los carrillos.
Luego se agrega la llipta o tocra fabricada en base a quinua o cal viva con conchas marinas o corteza de un árbol, todas sustancias alcalinas que a decir de algunos científicos esta sustancia aumenta la liberación de alcaloide y de otros solo da sabor a la hoja de coca.
Una vez hecho el bolo se va ajustando con las paredes de la mejilla con la finalidad de extraer el jugo que se va deglutiendo por una o dos horas.
Finalmente el bolo es descartado, no es deglutido

La cantidad de hojas que se ingiere varia entre los usuarios entre unas 20 a 30 hojas por bolo. Entre los principales efectos que da esta forma de consumo es concentración mental, serenidad, vitalidad y quita el hambre mientras se chaccha.

El Paq’o Andino

El paq’o es un ser que rinde culto a la naturaleza, es un intermediario entre el espíritu de ella y los seres humanos. Es un ser que observa unas reglas de vida.
Según la Torre, en los andes existen dos líneas de paq’o; los que están dedicados a Pacha Mama y los que han entregado su vida a un Apu. En ambas escuelas el aspirante es examinado y aprobado por maestros y ascienden desde Pampamesayoc hasta Altomesayoc y Kuraq. También existen los hampeq o herbolarios, o el cocahuayrachik, o experto en el arte de leer la hoja de coca.
Ellos de acuerdo a su nivel son especialistas en el conocimiento de las plantas; en el dominio de las técnicas de concentración mental; y en el control de todas las formas del miedo.

Paq’o Ascencio

En los Andes peruanos dentro del departamento del Cusco, esta la comunidad de Cuchuma. Se llega allá por un camino bordeado de árboles con chacras a los costados. El olor a tierra húmeda, eucalipto y la vegetación le dan un aroma especial que, mezclado con el sonido de un riachuelo, que viene desde las alturas, completan una atmósfera equilibrante y sosegada.
En este lugar vive Don Ascencio Noa, maestro pampamesayoc de la tradición quechua desde la fecha en que nació, un 18 de Mayo de 1939. Su esposa y sus padres son de esta misma comunidad y heredo de su abuelo materno el arte de curar ya que el también fue Paco.
He aprendido mi trabajo en 1982 cuando me ha exigido el relámpago, dice el maestro. Me ha perseguido en las alturas cuando estaba pasteando animales y me ha caído, no me ha agarrado, se ha vuelto nomás. Me ha dado una señal. Según cuenta la tradición cuando a alguien lo persigue el relámpago es una señal de que esa persona debe dedicarse a ser paq’o.
Desde la casa de Don Ascencio puede verse a lo lejos el Auquisa el Apu de la comunidad que alcanza una altura de 4692 msnm. Es el Apu principal, al que se le entregan las ofrendas, es el protector silencioso del pueblo y sus habitantes, es el que otorga la sabiduría a quienes lo saben escuchar, es el que coloca las pruebas a todo aquel que quiere llegar a su cima. Hasta él acuden los Pacos para hacer sus rituales y merecer sus visiones. Está rodeado de misterio y mucho respeto.
El maestro que le enseño a Don Ascencio vivía en las alturas del Auquisa y cuando Don Ascencio lo fue a consultar, le vio en la hoja de coca y le dijo: “te quiere el Patrón Santiago, (el santo católico de la curación)”. Desde ese momento decidió hacerse "Karpar" que es recibir la enseñanza de un hombre que sabe atender a los pacientes y leer las hojas de coca.
Su maestro, Don Alfonso Mamani, le enseño, en una sola noche, a preparar las mesas. Ha aprendido a preparar cinco tipos de mesas: una a la tierra, otra llamada de q’aclla para el relámpago, una mesa colorada para el río, otra para que no reciba maldad o vientos huesca y otra para cuando otro curandero lo quiere malear o hacer brujería. Autorizándolo a manejar su propia mesa, es decir a ser intermediario entre los hombres y el espíritu de un Apu o de pacha Mama.
Al amanecer, cuando han finalizado, las han llevado a caballo a la cumbre del Auquisa para ofrecérselas a este Apu. En esta zona alta, hay ocho lagunas en donde anidan numerosas aves silvestres. Después "hemos bajado corriendo de la cumbre, igual como corren los Reyes Magos, en tres caballos. Cuando hemos llegado a mi casa, hemos hecho fiesta todo el día. Hemos cantado y bailado, comiendo la merienda que sabemos preparar".
"Aquí pagamos también a los Apus o Parajes. Los parajes existen como una persona, saben hablar, trabajar, tienen poder. Nos hablan a los curanderos. En Cusco el primer paraje es el Huanacaure, después esta el Ausangate, Machupicchu, Salkantay. El curandero pregunta de todo al paraje: de salud, de economía, de la enfermedad de un paciente –si es para médico o para Paco-. En el momento que me he hecho karpar, nos hemos entrevistado de noche con los parajes, hemos hablado como una persona, frente a frente, y de allí he sabido curar a los pacientes, hombre o mujer, niño o niña, por si nomás he aprendido. El Apu me ha enseñado. Mi maestro sólo me ha enseñado a preparar las mesas. A mi cabeza llega así nomás como puedo curar, con que yerbas. Hay diferentes yerbas para cabeza, pies o para el cuerpo o cuando agarra viento".
"También para saber tengo que preguntar a la hoja de coca, tiendo mi mesa y según me informa la hoja yo curo a los pacientes. Ella me enseña, me explica la hoja, de mi nomás no se nada. Mirando en la mesa "picchamos" unas cuantas hojas. De allí se que cosa se necesita, que cosa se presenta, como agarra al cuerpo un daño. Esa es la información que la hoja le da a uno cuando hace una consulta de algún paciente. Se piccha, además, para que no agarre sueño, nos calienta cuando estamos trabajando".


Rituales y ofrendas a pachamama


Así como cualquier ser vivo, Pachamama es fertilizada, da frutos, se cansa y debemos alimentarla en forma ritual. Las ofrendas y los quintus de coca expresan el diálogo entre nosotros, los seres humanos, y el espíritu de la naturaleza. Las ofrendas se preparan con flores, hojas de coca, grasa de llama, productos vegetales, dulces, productos de los diferentes pisos ecológicos de los andes (Tomoeda,H 2000) de alta concentración nutritiva primordial para renovar la fuerza vital de Pachamama, los mismos que se queman o entierran en lugares determinados, y de este modo la madre tierra recibe su comida y comienza a recuperar sus fuerzas.

Mesa de Ofrenda a Pachamama

En febrero y agosto, se vive una feria en los mercados de Sicuani, Cusco y alrededores. Febrero mes del carnaval y de abundancia de agua y agosto de cambio en el calendario agrícola, se concluye un ciclo de actividad dando inicio a otro. Datos etnográficos testimonian que la tierra se “abre” “resucita” y esta llana a recibir sus alimentos (despachos). Esta en condiciones de ser fecundada. La fuerza vital de la tierra fue desgastada por la anterior campaña agrícola y es el momento de recuperarse, de renovarse a través de su alimento. Los Apus también están hambrientos y necesitan ser atendidos. (Tomoeda, 2000) Algunos comparan el primer día de agosto como el año nuevo para los andinos, de allí que es comprensible que casi todas las familias campesinas se vuelquen a los puestos del mercado donde se expende todo lo necesario para ofrecer una mesa a Pachamama. Los despachos como se les llama a los paquetitos se venden entre seis y doce soles. Los Pacos, Altomisayoc o maestros curanderos como se les llama, desde el amanecer, se mueven de un lugar a otro o de casa en casa oficiando los despachos a la madre tierra.

En cada paquete de despacho u ofrenda, se encuentran, envueltos cuidadosamente en papel y cada uno por separado todos los elementos que intervienen en una ofrenda. El maestro, con varias horas de anticipación, a veces desde el día anterior o días previos a empezar la mesa pregunta cual es el motivo por el que se hace. Así el va concentrándose y preparándose. Para oficiar una mesa el maestro debe estar muy relajado con todos sus sentidos puestos en lo que su paciente necesita.

Iniciamos nuestro trabajo, cuenta Don Ascencio, primero “pidiendo a Dios, luego a los parajes su poder, su espíritu o su don y seguimos con la hoja de coca, la chacchamos y comemos tabaco en este momento”. Don Ascencio extiende en el suelo su poncho y encima de el una unkuña que es una manta especial, más pequeña que el maestro manda a hacer o le regalan donde tiene envueltos los artes de su mesa y que representan a las fuerzas espirituales que lo acompañan para la curación de sus pacientes y que también son las que lo protegen mientras realiza las ceremonias mágicas. El tiene sus artes completamente cubiertas con hojas de coca, que va sacando y colocando sobre el poncho; tiene una biblia, un libro de San Cipriano, unas campanas, un látigo y agua bendita (para expulsar el mal de los pacientes), tres crucifijos, un juego de cartas, dinero de papel y una pequeña escultura de una mano.

Su señora se coloca a la derecha de el con la unkuña llena de hojas de coca que comienza a escoger y colocar ordenadamente en quintus (3 hojitas) que luego el maestro colocara en la ofrenda.

La representación que el maestro hace, delante de su mesa, en el papel blanco que coloca para hacer el despacho para Pachamama refleja su elaborado y cuidadoso arte. Hacer un despacho significa dar forma y orden al contenido. La forma y orden son fundamentalmente importantes, porque sólo de esta manera el “despacho” tendrá sentido, adquirirá la fuerza vital sobrenatural de alimentos a las deidades y estas a su vez adquirirán poder para garantizar la cosecha de los seres humanos. (Tomoeda 2000) Allí el empieza dibujando con pétalos de flores blancas y rojas una cruz que luego adornara con todos los elementos comprados para el despacho, haciendo dibujos ordenados en donde la colocación de cada uno de los elementos de la ofrenda es un arte. Cada cosa es colocada con una delicadeza que no mueve lo previamente colocado.

Una vez armada esta representación se chaya (ofrenda) con vino a los cuatro suyos y luego toma el paciente que encargo la mesa y el maestro para enseguida colocar los quintus de coca, que se colocan en pares, con los pedidos y deseos que invoca el paciente junto con el maestro. Cada elemento que coloca en el papel guarda no solo una relación ordenada sino que expresa significados como concentrar la fuerza vital, alentar la procreación y fortaleza de los animales, el crecimiento de las plantas, la salud y el bienestar de las personas, por ejemplo doce quintus de coca por la salud acompañadas de una oración en quechua y un padrenuestro, colocando por cada una de estas razones 12, 6, 4, 2 pares de quintus de coca, según indica el maestro, con sumo cuidado encima de lo que ya ha dibujado el con los otros elementos cubriendo prácticamente toda el área con hojitas perfectamente ordenadas y colocadas.

Encima se colocan semillas de hoja de coca y anis para que de sabor y olor al momento de quemar. Luego zahumerio. Enseguida garbanzo y arroz para la prosperidad. Sigue el maíz de viento color crema amarronado y maíz de mesa color blanco y colorado. La grasa de alpaca o untu que da sabor al igual que la carne en una sopa. Finalmente coronan la ofrenda el Suyu de alpaca (feto disecado) al que se le pega un papel color plateado y un huevo con untu al que se le pega un papel dorado que de acuerdo a como se mueven indica el movimiento de dinero y trabajo para la persona.

Terminada de armar la ofrenda se chaya nuevamente con vino tinto y con una flor roja sobre el despacho simbolizando que estamos brindando con todas y cada una de las cosas colocadas allí, en la ofrenda para la tierra. Se cierra el papel conteniendo la ofrenda y se amarra con hilo blanco. Se colocan una flor blanca y otra roja encima. El maestro termina esta ceremonia con una oración y el sonido de las campanas invocando protección para la mesa. El siguiente paso es la quema o entierro de la ofrenda, en ese momento el curandero le pide a Pachamama que le reciba el despacho que le esta ofreciendo en nombre de su paciente para que sea un éxito y se sane. Según dice Don Ascencio en el momento en que la madre tierra recibe la ofrenda llega como un aire al rostro del curandero que le indica que ha sido recibido el despacho.

En la temporada de ofrendas se vive una fiesta en la población andina. Casi todas las familias campesinas y algunas mestizas practican este culto a la madre tierra expresándole de esta manera su agradecimiento por los dones recibidos. Manifestando, de este modo, la tradición de reciprocidad hacia la naturaleza y el espíritu, que desde hace milenios, pervive en el pueblo andino, como herencia de la estrecha convivencia de nuestros antepasados en unidad con su medio.

Ceremonia del Llamado del Alma

Es una ceremonia que las familias encargan a un maestro curandero cuando ha habido algún accidente, cuando alguien ha sufrido algún robo. Cuando alguien ha muerto y su espíritu se ha quedado en la tierra. En estos casos de conmoción fuerte el espíritu se sale del cuerpo y se queda en los lugares donde han ocurrido estos hechos, en la tierra, en el auto, combi o avión. O en caso de alguien que ha muerto a veces sucede que el espíritu se queda en la tierra, en este caso, después de ocho días de la muerte, se celebra una mesa en nombre del alma para que vaya directamente hacia Dios.

En la tradición andina se acostumbra “pagar con un despacho” para sacar el “animo” o sea el espíritu del paciente del lugar donde se ha quedado. El ritual consiste en que el maestro curandero levanta el animo o espíritu y lo devuelve al cuerpo de la persona. Cuando el alma vuelve al cuerpo el paciente se sana y continua su vida en forma normal ya nuevamente con su espíritu.

La ceremonia ocurre en la noche, el paciente debe estar en su cama durmiendo. El maestro llega a la casa del paciente y arma su mesa junto con el invocando y pidiendo para que el espíritu vuelva a su cuerpo. Prepara con la ropa, que ha solicitado de su paciente un muñeco. Con yananaicha –una planta- arma los brazos, piernas, cabeza y el cuerpo del muñeco y coloca claveles en su cabeza. El maestro trabaja en esta ceremonia con un ayudante. El maestro con el muñeco va al lugar donde ha ocurrido el accidente a realizar su oficio y el paciente se acuesta en su cama sin dormir concentrado en lo que se esta solicitando en esta ceremonia.

El curandero, una vez en el lugar, continua el ritual quemando zahumerio preparado con bosta de ganado vacuno, zahuma el muñeco y zahumeando se llama con una campanilla y con una cuchilla el animo del paciente, el maestro no se mueve del lugar hasta que no se cerque el animo o el espíritu. El maestro en este momento no debe mirar a ningún lugar, únicamente en la dirección donde está la casa del paciente. Una vez que llega el animo de su paciente, inicia el retorno a la casa de la persona tocando la campanilla durante todo el recorrido y llamándolo por su nombre. Lleva en la mano izquierda el muñeco y en la derecha la campanilla. Una vez que llega a la casa del paciente, llega también el espíritu o el animo, no debe estar prendida ninguna luz, tiene que estar a oscuras. Llama al paciente y luego le entrega el espíritu en el muñeco que coloca sobre su corazón, encima del pecho. Debajo de su cama coloca el zahumerio para que tenga el sabor de que esta con su espíritu. El paciente debe estar solo en su habitación. Después de esto y envuelto en el intenso humo del zahumerio, el paciente siente en su corazón el regreso de su animo.

El maestro acompaña durante varias horas más, en la mesa instalada en otro lugar de la casa, rezando y cantando. De esta forma ayuda a que el espíritu del paciente regrese a su cuerpo.

Lectura con Hojas de Coca

Cuando nos encontramos en Lima, antes del viaje a Colombia, el maestro Ascencio me contó que en la madrugada de esa mañana -al levantarse en su casa para ir al aeropuerto- y mirar el cielo vio una estrella brillante que avanzo hacia delante, esto le indico según dice que el viaje iba a estar bueno. Es decir, esa capacidad de ver en cada detalle, en la luminosidad de una estrella, en los catorce tonos del aire que sienten en los Andes, en el canto de un pájaro, en cada movimiento de la naturaleza. Esa intensa observación, esa agudez en la mirada, tengo la impresión, es el principio que le permite a el poder hacer predicciones con la hoja de coca. Le permite, en forma similar a una relación de amor, saber y conocer lo que piensa y desea el ser amado por el solo hecho que conoce cada detalle de el, conoce su ritmo respiratorio, como levanta las cejas, el tono de su voz, etc. En forma similar a las técnicas de meditación orientales basadas en la observación relajada y sin juicio (Osho, 19..) Esta profunda observación es la que desarrolla esa gran capacidad de ver y conocer y expresa la forma que tiene el poblador andino de saber leer en todos los signos naturales un mensaje singular de la naturaleza.
En la parte formal Don Ascencio tiende su unkuña, mezcla con vigor las hojas de coca, ora antes de empezar y luego abre la manta observando la colocación particular de las hojas al inicio de la sesión de lectura. Enseguida se acerca las hojas a sus labios y les susurra el pedido del que consulta, para luego ir dejándolas caer lentamente una y otra vez organizando de acuerdo a la forma en que se colocan las respuestas a lo que se ha preguntado.
Las hojas expresan según estén colocadas al envés o al revés, según estén dobladas o no, según la dirección donde estén señalando, según el conjunto que armen con otras hojas. A Don Ascencio su maestro le ha enseñado como saber ver en las hojas el viento, el hombre, una mujer, una casa, animales, industrias, un carro, negocios. Así por ejemplo el hombre es representado en la figura de una hoja delgada y la mujer como una hoja más ancha, un joven o una señorita están representados en una hoja sin mancha, una hoja que esta limpia que no tiene nada, que esta fuerte, vigorosa, dice que esa persona esta sana de su cuerpo. En ella se ve salud, enfermedad, como va el trabajo, el negocio, se ven diferentes enfermedades. Según dice Don Ascencio la hoja nos informa en forma exacta.
La precisión en las preguntas es parte de la experticia del maestro curandero que logra desmenuzar todos los detalles que implica una pregunta.
Este método de consulta ayuda a las familias y a las personas a orientar su vida y a tomar decisiones para ella pero sobretodo expresa la tradición cultural de los andes mediante la cual las personas organizan su vida y expresan su fervor y confianza en la naturaleza.

Espiritualidad Andina y Cristianismo

La coca tiene cuatro mil años de antigüedad en el Ande, desde épocas inmemoriales ha sido reverenciada por los pueblos del área Andina. La práctica espiritual ha sobrevivido a pesar de la persecución religiosa de la época colonial y se ha mantenido gracias al profundo misticismo de los paq’o o sacerdotes y de las familias campesinas.
La cultura espiritual andina ha sabido apreciar muy bien lo sagrado en los ritos, oraciones o prácticas debido a ello podemos notar el sincretismo que ahora encontramos en la práctica actual que incorpora elementos cristianos como de otras religiones asiáticas o africanas. Una virtud espiritual que cultivan es la tolerancia, gracias a ella no les ha sido difícil asimilar elementos de otras religiones como el cristianismo.
Según J.M. Fericgla en la actualidad son los continentes americanos los que se han convertido en un inmenso campo de cultivo de la espiritualidad mundial, laboratorio de nuevas religiones y religiosidades que en diversos casos se van abriendo camino en Europa e incluso en Asia. Este hervidero de nuevas espiritualidades, mestizajes religiosos y sincretismos adquiere una gran diversidad de formas en manifestación.
La espiritualidad andina, este culto a Pacha Mama y a los Apus que tiene como intermediaria a la hoja de coca es practicada por millones de personas, contempla una serie de rituales y de valores cuyo centro es la naturaleza y la relación con todos los espíritus vivos, tiene una ciencia religiosa muy estructurada que constituye un verdadero camino de desarrollo espiritual para quienes la siguen similar a cualquier ciencia religiosa universal como el Cristianismo o Budismo.

Comentarios finales

En el mundo espiritual andino el rito y los rituales a la naturaleza acompañan su vida a lo largo del año sean relacionados a las actividades agrícolas o a su vida familiar o social. Siendo la reciprocidad lo que marca esta relación con la naturaleza y la expresan a través de los despachos y ofrendas que realizan.
Es esencial para el alma andina la presencia de Pachamama y de los Apus como entidades femenina y masculina que son complementarias, ambas son la madre y el padre universales, una dualidad inseparable dentro del pensamiento del hombre y la mujer del ande. Ellos brindan los alimentos y el sustento para la vida en la tierra. El ser humano les agradece, los alimenta, los cuida para que renueven sus fuerzas.
Forman parte de la jerarquía espiritual andina los Paqos, ellos pertenecen a un grupo humano especial que ha recibido de la madre naturaleza las facultades para comunicarse con ella y realizar curaciones. Ellos practican ceremonias de iniciación similares a las efectuadas en cualquier culto religioso y tienen normas de vida que deben guardar para el buen desarrollo de sus facultades y de su arte. También los pueden perder si trasgreden la norma.
La gran intermediaria en la espiritualidad andina es nuestra planta madre, o mama coca, ella lleva las invocaciones de amor de los paqos a las entidades espirituales. Ella es también la ofrenda para ellos.
Satanizada como pocas plantas en el mundo, ella se mantiene firme en el corazón andino; existe una cruzada de afecto y amor por ella para llevarla más allá de la legalidad es decir a numerosos seres que la necesitan por sus valores nutritivos y alimenticios rescatándola para devolverla al mundo como la maravillosa representante de la madre naturaleza que ella es.


Lima, Marzo 2006

Seguir leyendo...

Sistema de enseñanza a curanderos del maestro Marco Mosquera  

Documento de Sistematización.

SISTEMA DE ENSEÑANZA A CURANDEROS DEL MAESTRO MARCO MOSQUERA
Realizado por Ana María Pérez Villarreal, Con el apoyo de Cinthia Mosquera Vera y Vicente Mosquera Huatay.

Marzo 2008, Proyecto 94 Cosude/Ana María Pérez

Seguir leyendo...

San Pedro. Cactus de Cerros y Lagunas  

Rey divino, rey poderoso, rey celestial voy a tomar tu lindo San Pedro, Huandor para que este cactus alucinógeno entre en mi cuerpo, en mi organismo, se desparrame en mi torrente sanguíneo y así me saque todos los males, todos los daños...

Marco Mosquera, curandero Cajamarca


En medio de cerros casi secos y pedregosos a 2300 msnm crece, en forma silvestre, este cactus de puntas verdes, de flores blancas, grandes y de suave fragancia. También crece muy bien bajo cultivo, aún en las caseras macetas, y de esta forma numerosas familias lo tienen como guardián de la casa. Requiere muy poca agua y cuidados.

Es conocido con el nombre Wachuma, Huandor y Sanpedro, este último relacionado a que tanto el cactus como el santo se dice tienen las llaves del cielo. Su nombre científico es Trichocereus pachanoi.

El San Pedro está plasmado en ceramios, monumentos e imágenes prehispánicas peruanas y acompaño siempre la vida de nuestros ancestros en ceremonias de pronóstico y curación encontrando vestigios de su uso en crónicas y documentos antiguos.

Fue estudiado en 1948, por dos peruanos que fueron los primeros en realizar un estudio farmacológico de su acción psicotrópica. Los efectos mentales producidos por este cactus son principalmente debido a la presencia del alcaloide mescalina que se forma en los tejidos del San Pedro.

Su tallo es a veces único pero generalmente esta ramificado desde la base; hay variedades que tienen espinas largas y muy filudas, otras las tienen pequeñas y otras que no las tienen. El grosor del tallo alcanza 10 a 20 centímetros. La forma del tallo tiene una serie de estrías o lomos que van de 4 hasta 12 y es por eso que se le llama san Pedro de 4 puntas, de cinco, siete u once. Los curanderos tienen especial predilección por el de 4 y el de 7 puntas.

Los maestros de la curación con San Pedro realizan sus ceremonias delante de su mesa ritual que contiene diversas artes que utilizan para curar. La técnica curativa en general incluye la toma de la pócima, danzas y movimientos para mover el San Pedro dentro del cuerpo, cantos y verbalizaciones del maestro, la singada del tabaco, la purga y ceremonias de limpieza de cada paciente, realizadas por los ayudantes o alzadores del maestro. Con el San Pedro o Wachuma se curan enfermedades físicas, daños, enfermedades mentales y psíquicas, problemas de adicción, entre otras Es una planta que se expresa a través de los sueños e imágenes oníricas.

Para estas plantas les espera seguramente seguir desarrollando nuevas aplicaciones para su experimentación más masiva. Los pueblos nativos del Perú, sin duda, tienen en ellas un potencial para su desarrollo y una fuente de nuevos descubrimientos en base a ellas.

Seguir leyendo...

El Ayahuasca: La Madre de Todas las Plantas  

En medio de infinidad de fragancias naturales en la densa foresta amazónica nace, crece y vive esta mágica enredadera llamada Ayahuasca. Es una liana grande, trepadora, se le encuentra envuelta sobre troncos macisos. Sus hojas son ovaladas-elípticas que al secarse adquieren un ligero color dorado. Con flores de suave aroma blancas, rosadas o amarillas.

Se le conoce como Ayahuasca, Yagé, Caapi, Bejuco de oro, Napi. Esta planta sagrada, cuyo nombre científico es Banisteriopsis caapi, se encuentra en las selvas amazónicas del Perú como de Colombia, Ecuador y Brasil y durante siglos se ha usado en ceremonias rituales.

Al ayahuasca se le considera una planta maestra o psicoactiva por la capacidad que tiene para quien la ingiere de expandir la conciencia y permitirle acceso a conocimientos de si mismo y de la humanidad; se le denomina también planta enteógena. Además del tronco de Banisteriopsis caapi, la pócima contiene hojas de chacuruna (Psychotria viridis) y produce cuando se la ingiere efectos psicoactivos y purgativos.

La bebida es de color marrón rojizo, con un ligero espesor, de sabor amargo, de olor penetrante e inconfundible. Es sorprendente notar como la cultura indígena pudo lograr una mezcla tan precisa y de tanto conocimiento de los efectos y valores químicos y farmacéuticos de las plantas ya que la liana Ayahuasca es rica en Beta carbolinas (harmina, harmalina y tetrahidroharmina) que inhiben la acción de la enzima monoamino oxidasa (MAO) que se encuentra naturalmente en el tubo digestivo e hígado. Esta enzima destruye la dimetil triptamina (DMT), sustancia contenida en la chacruna. Al ser bloqueada la MAO, no destruye la DMT y esta puede llegar al cerebro donde produce un efecto psicotrópico intenso. (R. Giove, La Liana de los Muertos p.24). Es decir a nivel bioquímico la sustancia visionaria esta contenida en la chacruna y es la ayahuasca la que le permite actuar bloqueando la sustancia que la puede destruir y provocando el vómito curativo.

El Ayahuasca se prepara bajo la vigilancia de un maestro o maestra curandera, según ellos para otorgarle su fuerza para la curación. La brindan a sus pacientes en rituales nocturnos, plenos de sonidos que a veces parecen verdaderas orquestas naturales. El maestro cuida las proporciones exactas de las plantas, que sea preparada a fuego lento, que no se derrame de la olla, que no hayan interferencias energéticas durante su larga preparación de unas 10 horas aproximadamente.

Las sesiones son dirigidas por un maestro especialista en este arte. Una vez ingerida la bebida, según la dosificación del maestro, produce una expansión de nuestra conciencia interior que se manifiesta en una especie de mareación. En ese estado el paciente no pierde nunca la conciencia y es guiado por el canto y las artes del maestro para producir la curación.

Seguir leyendo...

Koka Kintucha, Tradicion Andina  

Una de las principales plantas sagradas del Perú es La Coca. Esta planta, de las altas montañas andinas, es motivo de la espiritualidad de millones de personas que diariamente elevan sus plegarias a la madre naturaleza utilizando un quintu de coca. Estas tres hojitas colocadas delante de la boca del hombre andino reciben su aliento, su corazón y su fervor hacia nuestra madre tierra. Y esta voz le dice:
Gracias Pachamama por alimentarnos,
Gracias Pachamama por sostenernos,
Gracias Pachamama por nutrirnos
Este culto a la madre naturaleza a partir de esta hoja, considerada por nuestros antepasados como sagrada, se estima que entre el Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia su uso actual llega a alrededor de 4 millones de personas que "chacchan", "picchan" "mambean" o "acullican" hoja de coca y expresan su espiritualidad a través de ella.
El consumo de la hoja de coca de esta forma tradicional, es una práctica ancestral, colectiva, social, ritual y mística que permite una comunión con lo sagrado y sacraliza sus vivencias cotidianas. En su forma de ver el mundo, ”sienten a la tierra, a las plantas” como seres vivos igual a ellos.

En los rituales y ofrendas, Pachamama, es fertilizada, da frutos, se cansa y debemos alimentarla en forma ritual. Las ofrendas y los quintus de coca expresan el diálogo entre los humanos y el espíritu de la naturaleza. Las ofrendas se preparan con flores, hojas de coca, grasa de llama, productos vegetales, dulces, de alta concentración nutritiva primordial para renovar la fuerza vital de Pachamama, los mismos que se queman o entierran y de este modo la madre tierra recibe su comida y recupera sus fuerzas.

En la ceremonia del llamado del alma las familias encargan realizar un despacho a un maestro curandero cuando ha habido algún accidente, cuando alguien ha sufrido algún robo. Cuando alguien ha muerto y su espíritu se ha quedado en la tierra. En estos casos de conmoción fuerte el espíritu se sale del cuerpo y se queda en los lugares donde han ocurrido estos hechos, en la tierra, en el auto, el bus o avión. Después de ocho días de la muerte, se celebra una mesa en nombre del alma para que vaya directamente hacia el cielo.

En la lectura con hojas de coca el maestro las consulta para predecir. Las hojas expresan según estén colocadas al envés o al revés, según estén dobladas o no, según la dirección donde estén señalando, según el conjunto que armen con otras hojas. En ellas se ve salud, enfermedad, como va el trabajo, el negocio, se ven diferentes enfermedades. Este método de consulta ayuda a las familias y a las personas a orientar su vida y a tomar decisiones y expresa la tradición andina de fervor y confianza en la naturaleza.

Seguir leyendo...

Curanderos Tradicionales y Plantas Maestras  

En el Perú hay una rica tradición de médicos tradicionales portadores de saberes vivos en el arte de curar usando la naturaleza, de acuerdo a la geografía en que se encuentran. En los pueblos indígenas o en las ciudades, sea en montañas, bosques amazónicos o costa desértica, ellos han desarrollado desde tiempos muy remotos técnicas diversas y apropiadas para restablecer la salud.

Se dice que más del 50% de la población peruana recurre a los médicos tradicionales. Ellos han desarrollado variados sistemas curativos. Como método usan la experimentación directa. Casi todos se internan en bosques o montañas a dietar, a purificarse, a entrar en contacto con la naturaleza. Estudian las plantas, los animales, los minerales, las montañas, las aguas. Esta experimentación es una práctica central en el estudio de su ciencia curativa y es ella la que les permite ir descubriendo los conocimientos que luego aplicaran en sus curaciones.

La visión que tienen nuestros curanderos es diametralmente opuesta a la que se maneja comúnmente en nuestra sociedad. Ellos no tienen la visión de separación o conquista de la naturaleza, se sienten parte de ella. Esta visión es la que les ha permitido cuidarla y relacionarse con ella a diferencia de nosotros los habitantes de las ciudades que poco a poco hemos ido perdiendo esta relación.

Dentro de esta ciencia médica existe el trabajo que se realiza con las plantas denominadas maestras. Se sabe que todas las culturas del planeta las han usado para la conexión con sus antepasados y con las varias dimensiones de la realidad del alma humana y del universo, para modificar estados ordinarios de conciencia, para comulgar con lo divino, para recibir conocimiento, para ampliar las capacidades de nuestra limitada percepción. Según los médicos tradicionales que las utilizan, es el espíritu de estas plantas quién les revela todo aquello que deben conocer de sus propiedades curativas, de sus pacientes, de la vida y es este mismo espíritu el que los hace transportarse por las más variadas realidades y dimensiones de la existencia.

En el Perú, nuestros antepasados andino amazónicos han usado plantas sagradas dentro de su tradición cultural en rituales mágico-religiosos y de curación que han practicado ininterrumpidamente por siglos. En la Amazonía, la planta básica de curación es el Ayahuasca, una liana o soga (Banisteriopsis caapi) denominada también la soga de los muertos en referencia a los conocimientos que trae de los antepasados, en la sierra-costa norte esta el San Pedro, una variedad de cactus (Trichocerus pachanoi) usado para la conexión con nuestra existencia espiritual, algunos curanderos dicen que tiene las llaves del cielo, equivalente al santo católico de este nombre y en la sierra sur la hoja de coca un arbusto (Erythroxylum coca) con la que se hacen rituales y ofrendas para expresar el agradecimiento a la Pachamama por todo lo recibido de ella.

Seguir leyendo...