San Pedro. Cactus de Cerros y Lagunas  

Rey divino, rey poderoso, rey celestial voy a tomar tu lindo San Pedro, Huandor para que este cactus alucinógeno entre en mi cuerpo, en mi organismo, se desparrame en mi torrente sanguíneo y así me saque todos los males, todos los daños...

Marco Mosquera, curandero Cajamarca


En medio de cerros casi secos y pedregosos a 2300 msnm crece, en forma silvestre, este cactus de puntas verdes, de flores blancas, grandes y de suave fragancia. También crece muy bien bajo cultivo, aún en las caseras macetas, y de esta forma numerosas familias lo tienen como guardián de la casa. Requiere muy poca agua y cuidados.

Es conocido con el nombre Wachuma, Huandor y Sanpedro, este último relacionado a que tanto el cactus como el santo se dice tienen las llaves del cielo. Su nombre científico es Trichocereus pachanoi.

El San Pedro está plasmado en ceramios, monumentos e imágenes prehispánicas peruanas y acompaño siempre la vida de nuestros ancestros en ceremonias de pronóstico y curación encontrando vestigios de su uso en crónicas y documentos antiguos.

Fue estudiado en 1948, por dos peruanos que fueron los primeros en realizar un estudio farmacológico de su acción psicotrópica. Los efectos mentales producidos por este cactus son principalmente debido a la presencia del alcaloide mescalina que se forma en los tejidos del San Pedro.

Su tallo es a veces único pero generalmente esta ramificado desde la base; hay variedades que tienen espinas largas y muy filudas, otras las tienen pequeñas y otras que no las tienen. El grosor del tallo alcanza 10 a 20 centímetros. La forma del tallo tiene una serie de estrías o lomos que van de 4 hasta 12 y es por eso que se le llama san Pedro de 4 puntas, de cinco, siete u once. Los curanderos tienen especial predilección por el de 4 y el de 7 puntas.

Los maestros de la curación con San Pedro realizan sus ceremonias delante de su mesa ritual que contiene diversas artes que utilizan para curar. La técnica curativa en general incluye la toma de la pócima, danzas y movimientos para mover el San Pedro dentro del cuerpo, cantos y verbalizaciones del maestro, la singada del tabaco, la purga y ceremonias de limpieza de cada paciente, realizadas por los ayudantes o alzadores del maestro. Con el San Pedro o Wachuma se curan enfermedades físicas, daños, enfermedades mentales y psíquicas, problemas de adicción, entre otras Es una planta que se expresa a través de los sueños e imágenes oníricas.

Para estas plantas les espera seguramente seguir desarrollando nuevas aplicaciones para su experimentación más masiva. Los pueblos nativos del Perú, sin duda, tienen en ellas un potencial para su desarrollo y una fuente de nuevos descubrimientos en base a ellas.

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El Ayahuasca: La Madre de Todas las Plantas  

En medio de infinidad de fragancias naturales en la densa foresta amazónica nace, crece y vive esta mágica enredadera llamada Ayahuasca. Es una liana grande, trepadora, se le encuentra envuelta sobre troncos macisos. Sus hojas son ovaladas-elípticas que al secarse adquieren un ligero color dorado. Con flores de suave aroma blancas, rosadas o amarillas.

Se le conoce como Ayahuasca, Yagé, Caapi, Bejuco de oro, Napi. Esta planta sagrada, cuyo nombre científico es Banisteriopsis caapi, se encuentra en las selvas amazónicas del Perú como de Colombia, Ecuador y Brasil y durante siglos se ha usado en ceremonias rituales.

Al ayahuasca se le considera una planta maestra o psicoactiva por la capacidad que tiene para quien la ingiere de expandir la conciencia y permitirle acceso a conocimientos de si mismo y de la humanidad; se le denomina también planta enteógena. Además del tronco de Banisteriopsis caapi, la pócima contiene hojas de chacuruna (Psychotria viridis) y produce cuando se la ingiere efectos psicoactivos y purgativos.

La bebida es de color marrón rojizo, con un ligero espesor, de sabor amargo, de olor penetrante e inconfundible. Es sorprendente notar como la cultura indígena pudo lograr una mezcla tan precisa y de tanto conocimiento de los efectos y valores químicos y farmacéuticos de las plantas ya que la liana Ayahuasca es rica en Beta carbolinas (harmina, harmalina y tetrahidroharmina) que inhiben la acción de la enzima monoamino oxidasa (MAO) que se encuentra naturalmente en el tubo digestivo e hígado. Esta enzima destruye la dimetil triptamina (DMT), sustancia contenida en la chacruna. Al ser bloqueada la MAO, no destruye la DMT y esta puede llegar al cerebro donde produce un efecto psicotrópico intenso. (R. Giove, La Liana de los Muertos p.24). Es decir a nivel bioquímico la sustancia visionaria esta contenida en la chacruna y es la ayahuasca la que le permite actuar bloqueando la sustancia que la puede destruir y provocando el vómito curativo.

El Ayahuasca se prepara bajo la vigilancia de un maestro o maestra curandera, según ellos para otorgarle su fuerza para la curación. La brindan a sus pacientes en rituales nocturnos, plenos de sonidos que a veces parecen verdaderas orquestas naturales. El maestro cuida las proporciones exactas de las plantas, que sea preparada a fuego lento, que no se derrame de la olla, que no hayan interferencias energéticas durante su larga preparación de unas 10 horas aproximadamente.

Las sesiones son dirigidas por un maestro especialista en este arte. Una vez ingerida la bebida, según la dosificación del maestro, produce una expansión de nuestra conciencia interior que se manifiesta en una especie de mareación. En ese estado el paciente no pierde nunca la conciencia y es guiado por el canto y las artes del maestro para producir la curación.

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Koka Kintucha, Tradicion Andina  

Una de las principales plantas sagradas del Perú es La Coca. Esta planta, de las altas montañas andinas, es motivo de la espiritualidad de millones de personas que diariamente elevan sus plegarias a la madre naturaleza utilizando un quintu de coca. Estas tres hojitas colocadas delante de la boca del hombre andino reciben su aliento, su corazón y su fervor hacia nuestra madre tierra. Y esta voz le dice:
Gracias Pachamama por alimentarnos,
Gracias Pachamama por sostenernos,
Gracias Pachamama por nutrirnos
Este culto a la madre naturaleza a partir de esta hoja, considerada por nuestros antepasados como sagrada, se estima que entre el Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia su uso actual llega a alrededor de 4 millones de personas que "chacchan", "picchan" "mambean" o "acullican" hoja de coca y expresan su espiritualidad a través de ella.
El consumo de la hoja de coca de esta forma tradicional, es una práctica ancestral, colectiva, social, ritual y mística que permite una comunión con lo sagrado y sacraliza sus vivencias cotidianas. En su forma de ver el mundo, ”sienten a la tierra, a las plantas” como seres vivos igual a ellos.

En los rituales y ofrendas, Pachamama, es fertilizada, da frutos, se cansa y debemos alimentarla en forma ritual. Las ofrendas y los quintus de coca expresan el diálogo entre los humanos y el espíritu de la naturaleza. Las ofrendas se preparan con flores, hojas de coca, grasa de llama, productos vegetales, dulces, de alta concentración nutritiva primordial para renovar la fuerza vital de Pachamama, los mismos que se queman o entierran y de este modo la madre tierra recibe su comida y recupera sus fuerzas.

En la ceremonia del llamado del alma las familias encargan realizar un despacho a un maestro curandero cuando ha habido algún accidente, cuando alguien ha sufrido algún robo. Cuando alguien ha muerto y su espíritu se ha quedado en la tierra. En estos casos de conmoción fuerte el espíritu se sale del cuerpo y se queda en los lugares donde han ocurrido estos hechos, en la tierra, en el auto, el bus o avión. Después de ocho días de la muerte, se celebra una mesa en nombre del alma para que vaya directamente hacia el cielo.

En la lectura con hojas de coca el maestro las consulta para predecir. Las hojas expresan según estén colocadas al envés o al revés, según estén dobladas o no, según la dirección donde estén señalando, según el conjunto que armen con otras hojas. En ellas se ve salud, enfermedad, como va el trabajo, el negocio, se ven diferentes enfermedades. Este método de consulta ayuda a las familias y a las personas a orientar su vida y a tomar decisiones y expresa la tradición andina de fervor y confianza en la naturaleza.

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Curanderos Tradicionales y Plantas Maestras  

En el Perú hay una rica tradición de médicos tradicionales portadores de saberes vivos en el arte de curar usando la naturaleza, de acuerdo a la geografía en que se encuentran. En los pueblos indígenas o en las ciudades, sea en montañas, bosques amazónicos o costa desértica, ellos han desarrollado desde tiempos muy remotos técnicas diversas y apropiadas para restablecer la salud.

Se dice que más del 50% de la población peruana recurre a los médicos tradicionales. Ellos han desarrollado variados sistemas curativos. Como método usan la experimentación directa. Casi todos se internan en bosques o montañas a dietar, a purificarse, a entrar en contacto con la naturaleza. Estudian las plantas, los animales, los minerales, las montañas, las aguas. Esta experimentación es una práctica central en el estudio de su ciencia curativa y es ella la que les permite ir descubriendo los conocimientos que luego aplicaran en sus curaciones.

La visión que tienen nuestros curanderos es diametralmente opuesta a la que se maneja comúnmente en nuestra sociedad. Ellos no tienen la visión de separación o conquista de la naturaleza, se sienten parte de ella. Esta visión es la que les ha permitido cuidarla y relacionarse con ella a diferencia de nosotros los habitantes de las ciudades que poco a poco hemos ido perdiendo esta relación.

Dentro de esta ciencia médica existe el trabajo que se realiza con las plantas denominadas maestras. Se sabe que todas las culturas del planeta las han usado para la conexión con sus antepasados y con las varias dimensiones de la realidad del alma humana y del universo, para modificar estados ordinarios de conciencia, para comulgar con lo divino, para recibir conocimiento, para ampliar las capacidades de nuestra limitada percepción. Según los médicos tradicionales que las utilizan, es el espíritu de estas plantas quién les revela todo aquello que deben conocer de sus propiedades curativas, de sus pacientes, de la vida y es este mismo espíritu el que los hace transportarse por las más variadas realidades y dimensiones de la existencia.

En el Perú, nuestros antepasados andino amazónicos han usado plantas sagradas dentro de su tradición cultural en rituales mágico-religiosos y de curación que han practicado ininterrumpidamente por siglos. En la Amazonía, la planta básica de curación es el Ayahuasca, una liana o soga (Banisteriopsis caapi) denominada también la soga de los muertos en referencia a los conocimientos que trae de los antepasados, en la sierra-costa norte esta el San Pedro, una variedad de cactus (Trichocerus pachanoi) usado para la conexión con nuestra existencia espiritual, algunos curanderos dicen que tiene las llaves del cielo, equivalente al santo católico de este nombre y en la sierra sur la hoja de coca un arbusto (Erythroxylum coca) con la que se hacen rituales y ofrendas para expresar el agradecimiento a la Pachamama por todo lo recibido de ella.

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